La mudanza se considera a menudo uno de los principales factores de estrés en la vida, así que ¿qué ocurre cuando se añaden otros grandes factores de estrés como la compra/venta de una casa y el inicio de un trabajo diferente en la nueva ubicación? ¿Cómo de estresante puede ser eso para un empleado que se traslada? Y lo que es más importante, ¿cómo se ven afectados emocionalmente por este estrés el empleado que se traslada y su familia?
La gestión de las posibles repercusiones emocionales es un factor clave que todos los empresarios deberían tener en cuenta, especialmente si su empresa considera a sus empleados uno de sus activos más valiosos. Como empleador, debe tener en cuenta los costes y la logística, pero no ignore también las posibles repercusiones emocionales.
¿Cuál es el impacto emocional del traslado en el empleado?
Según la directora de Recursos Humanos de WHR Group, Kimberley Uitz, SHRM-CP, "el estrés de la mudanza puede afectar directamente a la salud mental de un empleado y a su compromiso con la empresa. Cuando los empleados empiezan a desvincularse, su productividad empieza a disminuir. Esto se convertirá en un efecto de goteo que puede afectar directamente a los equipos y, finalmente, a la propia empresa. Las empresas deben ser proactivas en lo que respecta a la reubicación y a la salud mental de sus empleados, y tomar medidas para prevenir estos descensos tanto en el compromiso como en la productividad".
Incluso tras la pandemia de COVID-19, los empresarios han seguido trasladando a sus empleados a nuevos destinos nacionales e internacionales. Los trasladados y sus familias se enfrentan a una serie de posibles consecuencias emocionales y mentales de un traslado:
- Si uno o más miembros de la familia no están contentos con el traslado y tienen problemas para adaptarse, el estrés podría afectar también al empleado. El empleado podría sentirse distraído, desvinculado, infeliz, e incluso podría considerar la posibilidad de dejar el nuevo puesto y volver a su ubicación original. Desarraigar la vida de toda una familia y aclimatarse a una nueva comunidad puede ser bastante difícil.
- El estrés de los empleados relacionado con el traslado a un nuevo lugar puede incluir la preocupación por la carrera de su pareja, la educación de los hijos, el aprendizaje de nuevos idiomas, las diferencias culturales, la venta de su antigua casa o incluso el hecho de dejar atrás a sus antiguos compañeros de trabajo.
- Puede haber ansiedad en torno a los nuevos servicios culturales o preocupación por el mercado inmobiliario del nuevo destino o los índices de delincuencia.
- El empleado trasladado puede estar preocupado por si el nuevo trabajo funcionará.
- La actitud de un empleado cansado, desconectado o distraído puede ser percibida por los nuevos miembros del equipo y afectar a la dinámica del mismo.
Los empresarios deben centrarse en la salud emocional y mental de los empleados
Todos estos factores de estrés pueden reducir el compromiso de los empleados, disminuir la lealtad a la empresa, aumentar la rotación y afectar a las interacciones del equipo. Dada la guerra por el talento, es importante tener en cuenta algo más que los costes y la logística de un traslado de empleados. No hay que excluir las necesidades emocionales del trasladado. "La guerra por el talento continúa, incluso con el desempleo alcanzando nuevos máximos en 2020. Todos los reclutadores están compitiendo para cubrir esos puestos críticos, y las empresas no pueden permitirse el lujo de perder talento ya que las economías comenzarán a recuperarse. Aquellas empresas que estén preparadas para competir ganarán en 2021", afirma Uitz.
Según un artículo de Employee Benefit News, "cuando se trata de la reubicación de empleados, la mayoría de las organizaciones se centran en los aspectos prácticos, pensando estratégicamente en los costes asociados a la mudanza y en cuál será la opción más asequible para llevar a sus empleados del punto A al punto B. Tiene sentido desde el punto de vista empresarial, pero no es la forma de conseguir una reubicación con éxito. Los empresarios tienen que recordar que están trasladando personas, no sólo cajas. Cada vez que se trata de personas, hay que adoptar un enfoque centrado en el ser humano.
"Mientras les ayudas a trasladar sus pertenencias de un lugar a otro, se ocupan de cambiar de seguro, de licencia y de dirección. Si tienen familia, tienen que matricular a sus hijos en nuevos colegios, encontrar médicos y un nuevo trabajo para su cónyuge o pareja. Además, es posible que tengan que lidiar con algunas emociones negativas de su familia, descontenta con la mudanza. Todo esto puede influir en cómo se siente el empleado en su nuevo puesto y en cómo se asimila a su nueva función".
Lo que está en juego puede ser aún mayor cuando el empleado se traslada de su país de origen a un nuevo país, y las repercusiones emocionales pueden adquirir un nuevo tono. Según Linden Houghtby, GMS®, Directora de Servicios a Clientes Internacionales de WHR, que recientemente se trasladó de Estados Unidos a nuestra oficina de Suiza, "cuando se traslada a otro país, hay un estrés adicional en las actividades habituales que se dan por sentadas en casa, como la compra de alimentos, por ejemplo. Este estrés adicional puede suponer un desgaste emocional".
Según un artículo de Talaera, una empresa de formación lingüística, "Como responsable de recursos humanos, usted quiere que la reubicación de los empleados sea lo más fluida posible. Pero para muchos empleados, dejar atrás su país de origen es un gran problema. El elemento humano es fundamental para el bienestar de tus contratados internacionales".
¿Qué pueden hacer los empresarios para minimizar el impacto emocional del traslado?
"El compromiso de los empleados puede estar directamente relacionado con su salud mental. Si los empleados no están comprometidos, la rotación de personal aumenta y los costes de la empresa se incrementan. Si una empresa quiere seguir siendo competitiva el año que viene, debe asegurarse de que todas las necesidades de sus empleados están cubiertas, incluida la salud emocional", afirma Uitz.
Asegúrese de contar con una política de reubicación que incluya todas las posibles ayudas, incluidas las siguientes:
- Opciones médicas
- Opciones de educación
- Información sobre compras locales
- Información sobre el transporte
- Conexiones de servicios públicos
- Ayuda a la educación
- Visitas al lugar/orientación de la zona
- Ayuda para la compra y venta de viviendas
- Mudanza de enseres domésticos
- Almacenamiento temporal
- Apoyo a la familia
- Apoyo continuo a la asignación
- Formación lingüística y cultural
- Servicios de inmigración
- Gestión de la propiedad
- Alojamiento temporal
- Listas de recursos comunitarios
- Ajustes salariales por el coste de la vida en las zonas de mayor coste
- Información sobre el permiso de conducir y el registro
- Ayuda a la carrera del cónyuge/pareja
"Si una reubicación no se gestiona con éxito, se pone en peligro la capacidad del empleador para retener al empleado, y se corre el riesgo de perder a alguien a quien el empleador ha dedicado tiempo y dinero para desarrollar y trasladar", según un artículo de la SHRM.
Si quiere atraer y retener a los mejores talentos y si considera que sus empleados son uno de sus activos más importantes, recuerde que debe abordar algo más que los costes y la logística. Cuidar la salud emocional de sus empleados le reportará beneficios durante años. Por último, asóciese con una buena empresa de gestión de traslados (RMC) que le ayude a prestar estos valiosos servicios a sus activos más importantes. Es importante que su RMC comprenda y respete la cultura de su empresa.
Para más información sobre los servicios de gestión de traslados de WHR, póngase en contacto con sales@whrg.com o con el 800-523-3318.